Tristeza Constructiva
martes, 7 de junio de 2011
No comments
‘’Sin miedo, hicimos un profundo y audaz inventario moral de nosotros mismos’’
Esa fue la expresión de algunos jóvenes que se propusieron salir de la tristeza y la depresión en la que se encontraban.
Todos tenemos que lidiar con la tristeza. Podremos tratar de esconderla o ignorarla. Podremos ahogarla rindiéndonos a nuestras peores costumbres o adicciones; o simplemente intelectualizarla para no sentirla. Pero la tristeza no se va.
Necesitamos aceptar que la tristeza forma, de alguna u otra manera, parte de nuestra vida. Aunque es imprescindible tomar en cuenta que esta no debe ser una rutina o costumbre en nuestro diario vivir.
La tristeza no siempre es mala para nosotros. El apóstol Pablo había escrito una carta a los creyentes Corintios que les provoco mucha tristeza porque los confronto con algo que estaban haciendo mal. Al principio se sintió apenado pensando que los había lastimado, pero luego dijo: ‘’Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios…. Porque la tristeza que es según Dios, produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios. Que solicitud produjo en vosotros….! En todo os habéis mostrados limpios en el asunto’’ (2 Corintios 7. 9-11)
Jeremías dijo: ‘’Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres’’ (Lamentaciones 3. 32-33).
La aflicción de los Corintios fue buena, pues fue producto de una honesta evaluación interna y no de una morbosa condenación a si mismos.
Podemos aprender a aceptar nuestra tristeza como un aspecto positivo de la recuperación y crecimiento espiritual y no como un castigo. Por medio de ella, Dios hace cosas maravillosas con nosotros.
Lectura Biblica: 2 Corintios 7. 8-11)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Por Favor Déjanos Saber Tu Inquietud