Renunciando a mantener el control

El pensamiento de poner en otras manos nuestra voluntad y nuestra vida puede ser atractivo.

Cuando nos entregamos a nuestras dependencias y compulsiones, no estamos cediendo el control a otro poder? Acaso no estábamos renunciando a nuestra responsabilidad personal por nuestra propia vida? Cuando nos sentimos abrumados y queremos desaparecer, nuestras acciones pueden ayudarnos a sentirnos fuertes, seguros, atractivos, poderosos y felices. Así, en cierto modo, nos sentimos cómodos con el pensamiento de entregar a otro nuestra voluntad y nuestra vida.

Podemos tomar las decisiones necesarias para cambiar nuestro centro de atención y entregar nuestra vida a Dios, en vez de regresar a los escondites del pasado. El apóstol Pablo dijo una vez, refiriéndose a este contraste: ‘’No os embriaguéis con vino, en lo cual hay desilusión; antes bien sed llenos del Espíritu’’ (Efesios 5. 18)

Cuando nos sentimos abrumados y necesitamos algún tipo de escape, tenemos un nuevo lugar adonde ir. El rey David declaro: ‘’Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiaran los que conocen tu nombre, por cuanto, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron’’ (Salmo 9.9-10)

David también escribió: ‘’Desde el cabo de la tierra clamare a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo’’ (Salmo 61.2-3)

Lectura Bíblica: Salmo 61.

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